La sequedad ocular, también conocida como ‘síndrome del ojo seco’, es una afección común caracterizada por la producción insuficiente de lágrimas que conduce a una incorrecta hidratación de la superficie del ojo. El resultado suele ser la sequedad ocular y, en consecuencia, una sensación incómoda de picor e irritación, así como la posible aparición de heridas.
Este problema puede estar motivado por distintos factores y, en función de la intensidad del problema, requiere un tipo distinto de tratamiento.
Causas del ojo seco
Una de las causas principales de la sequedad del ojo es el envejecimiento; con la edad, la producción lacrimal tiende a disminuir, lo que supone uno de los principales motivos de aparición de la sequedad ocular. En cualquier caso, existen otra serie de motivos recurrentes que pueden derivar en esta afección:
- Factores ambientales: la características particulares de climas secos puede ser un aliciente para el desarrollo de este problema. Por otro lado, determinados condicionantes, tales como una exposición prolongada al viento, el humo, el aire acondicionado o la calefacción, pueden cristalizar en el surgimiento de la afección.
- Estilo de vida: en la actualidad, uno de los grandes problemas relacionados con la salud visual –en general y, particularmente, en lo referente a la sequedad ocular– es la alta exposición y uso de los dispositivos digitales. El incremento del tiempo dedicado a la consulta del teléfono móvil, el trabajo con ordenadores o el visionado de la televisión son causas ya habituales de este problema; más aún, si cabe, cuando se combinan todos ellos.
- Uso incorrecto de las lentes de contacto: la normalización del uso de lentes de contacto puede conducir, en algunos casos, a un uso inadecuado de las mismas. En este sentido, existen rutinas incorrectas que no solo pueden provocar la sequedad ocular, sino causar otros problemas graves de salud visual: dormir con las lentillas puestas, extender el tiempo de uso recomendado o no mantener una higiene correcta en su uso.
Aunque es menos frecuente, también es posible que determinadas patologías o condiciones médicas favorezcan la aparición recurrente del problema en determinadas personas.
Prevención y tratamiento
Una de las mejores formas de tratar la sequedad ocular es prevenir su aparición a partir de rutinas adecuadas. Así, teniendo en cuenta el modo de vida actual, uno de los grandes retos es realizar descansos para evitar la fatiga visual: idealmente, deberíamos reducir el tiempo empleado en el uso de pantallas y dispositivos digitales. En cualquier caso, como es prácticamente imposible reducir al mínimo el uso, es muy recomendable realizar pausas y descansos periódicos a partir de, por ejemplo, la regla 20-20-20: cada 20 minutos, descansar, al menos, durante 20 segundos, enfocando un objeto situado a una distancia de 20 pasos (seis metros aproximadamente).
Por otro lado, existen soluciones ópticas específicas que puedes encontrar en nuestra óptica. En nuestra sección de salud visual puedes encontrar lágrimas artificiales, toallitas para el cuidado diario de párpados y pestañas, así como una pomada específica para alivia el dolor, el picor y la inflamación del párpado que produce el orzuelo y el chalación.