El Glaucoma. ¿Qué es y cómo detectarlo?

El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que no presenta síntomas evidentes en sus etapas iniciales, afecta al nervio óptico y puede llevar a la pérdida gradual de la visión e, incluso, a la ceguera si no se detecta y trata a tiempo. Se caracteriza por un aumento de la presión intraocular (PIO) que daña las fibras nerviosas del nervio óptico y, a su vez, afecta a la transmisión de información visual desde el ojo al cerebro y su tratamiento puede incluir medicamentos, cirugía láser o cirugía tradicional para reducir la presión intraocular y controlar la enfermedad. Actualmente, es una de las principales causas de ceguera en todo el mundo.

Para detectar y poder tratar el glaucoma a tiempo es necesario realizar revisiones visuales con regularidad, especialmente si existen altas probabilidades de desarrollar la enfermedad debido a factores como, por ejemplo, la edad, antecedentes familiares, miopía severa, diabetes u otros problemas oculares. Algunos de los métodos utilizados en la revisión y diagnóstico del glaucoma incluyen:

  • Tonometría: se mide la presión intraocular (PIO) con un tonómetro, de forma indolora, y, generalmente, se realiza con anestesia tópica.
  • Gonioscopia: este examen evalúa el ángulo de drenaje del ojo, muy importante para determinar si el glaucoma es de ángulo abierto o cerrado. Se realiza utilizando una lente especial que permite al oftalmólogo visualizar la estructura del ángulo de drenaje.
  • Pupilometría: es una medición del tamaño y la reactividad de las pupilas y puede proporcionar información sobre el funcionamiento del nervio óptico.
  • Examen del nervio óptico: el oftalmólogo examina el nervio óptico utilizando una lupa y una luz especial con el objetivo de encontrar daños como excavación del disco óptico o cambios en la apariencia de la cabeza del nervio.
  • Campo visual: el campo visual se evalúa para detectar pérdida de visión periférica que es un signo común del glaucoma. Los resultados anormales pueden indicar daño en el nervio óptico.

Existen, además, otros métodos que se realizan con herramientas más avanzadas y se utilizan para detección y el seguimiento de la enfermedad. Estos son algunos de los más importantes:

  • Tomografía de Coherencia Óptica (OCT): una técnica de imagen que permite obtener imágenes en alta resolución de las capas de la retina y el nervio óptico. Es especialmente útil para evaluar la estructura del nervio óptico y para detectar cambios tempranos en el espesor de la capa de fibras nerviosas lo que puede indicar daño por glaucoma.
  •  Paquimetría: mide el grosor corneal. La variabilidad en el grosor corneal puede influir en la medición de la presión intraocular, por lo que es importante tenerlo en cuenta en el diagnóstico y tratamiento del glaucoma.

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